martes, 3 de enero de 2012

JUEGOS , CUENTOS y ADIVINANZAS EN DÍA DE REYES







Para los niños el juego es cosa seria

El trabajo de los niños es jugar

El juego es la actividad infantil por excelencia

A través del juego se desarrolla la personalidad del niño/a, contribuye a desarrollar el espíritu crítico, constructivo, la imaginación, fantasía y creatividad. El niño/a se desarrolla afectiva, social y moralmente, así como desarrolla la psicomotricidad e inteligencia, en definitiva, "es importante que el niño crezca jugando".

El juego siempre se ha considerado una actividad placentera y voluntaria por lo que todos los niños/a han sido libres para elegir su manera de jugar, así como la forma de presentarlos.


La infancia sirve para jugar y para imitar. No se puede imitar la infancia sin sus risas y sus juegos. Gracias a éste crecen el alma y la inteligencia, mientras que esa tranquilidad, ese silencio que a veces complace a los padres, se anuncia a menudo en el niño graves deficiencias mentales. "Un niño que no sabe jugar, un pequeño viejo, será un adulto que no sabrá pensar".


Una de las ventajas más importantes de la infancia reside en la existencia de un grupo que constituye una verdadera sociedad. El hombre es un ser social, de infancia prolongada, y eso permite a los pequeños hacer en una sociedad infantil el aprendizaje de la sociedad adulta en la cual participarán más tarde.

Existen 4 tipos de juegos cuyas fuentes son muy diferentes:
• Juegos Funcionales.
• Juegos Inventados.
• Juegos de Imitación.
• Juegos Tradicionales.
Todos ellos concurren a menudo en un mismo juego y es inevitable que se encuentre en ciertos juegos una mezcla de elementos primitivos e inventados.
1) Juegos Funcionales: Es una necesidad interna de gastar energía por alguna vía, ya sea pataleando, gritando, manipulando, etc. Estos juegos son simples ejercicios de una función que brota y no comportan de ninguna manera la conciencia de su naturaleza. Dan origen a juegos en los que aparecen juntas la imitación y la invención, y se puede considerar como juego de imitación el primer juego representativo -el niño finge dormir-.
2) Juegos Inventados: Suelen aparecer en cada uno de los tipos de juegos que existen por lo que no se puede considerar un juego aislados de los demás, suelen ser espontáneos y de carácter interno. La invención está en primer plano en los juegos de regla arbitraria. El niño puede usar esquemas ya utilizados y procedimientos experimentados en otros juegos. No se inventa partiendo de la nada, sino que casi siempre se aplica a un caso nuevo una regla ya conocida.
Si la invención aparece en la imitación, se diría que con mayor razón debe aparecer en los juegos que no son regidos por un modelo y en los que la imaginación es más libre.
3) Juegos de Imitación: Es un hecho bien conocido en la cual el niño tiende a imitar extremadamente cualquier cosa -padres, sirvientas, maestras, etc.-. Más tarde todo acontecimiento más o menos singular le dará la ocasión para un juego nuevo. Los grandes acontecimientos nacionales suelen presentarse a imitaciones; así como otras circunstancias accidentales pueden originar un juego de imitación, por ejemplo el maestro habla del tren y el niño juega al tren eléctrico.




CUENTOS Y ADIVINANZAS

Cuentos que curan
Liana Castello, escritora argentina, cuentos con rima. Cuento sobre el valor de la lectura.

Dicen que una vez, en un país cercano, acudió a un hospital un niño muy preocupado.

“¿Y por qué estás aquí?” Preguntó el doctor “¿Puedo hacer algo por ti?”

“¡Estoy seguro que sí!” contestó el niño con gran frenesí.

“Pues ¿qué puedo hacer?, cuál es el problema debo yo saber”.

“No he escuchado un cuento, en ningún momento”.

“Es imposible cariño” dijo el doctor al niño

“No he escuchado ni un cuento, juro que no miento”.

“¿De príncipes enamorados o sapos encantados?”

El niño callaba, nada contestaba.

“¿De bellas princesas o hadas traviesas?”

El niño callaba, nada contestaba.

“Para este malestar, no se bien que recetar”

Mirando al doctor muy fijo, el niño muy fuerte dijo:

“Se que además de doctor, es Ud. Un gran lector”

“¡Pues vaya tienes razón, ya encontré la solución!”

“¡Este es un problema grave, enfermera tráigame la llave!”

La enfermera presurosa, le dio la llave maravillosa

Con un poco de temor, miró el niño al doctor

“¿Tiene una llave que cura, como lo hace una vacuna?”

“¿Y qué debería hacer, como remedio beber?”

“¡Pero qué idea tan loca! Haremos ya otra cosa

Pasaremos una puerta que dejaremos abierta”

“¿La sala de operaciones? Tengo miedos a montones”

“Se trata de otro lugar, que también te va a curar

Mi biblioteca abriré y sus libros te prestaré”

“Leerás hasta cansarte, y así lograré curarte

Pondré a tu disposición, mi valiosa colección”.

El niño entró de su mano y quedó maravillado

El mundo de la lectura, muchos malestares cura

Y el niño así fue feliz, sin comer ni una perdiz

Y colorín colorado, el pequeño fue curado.

Fin





Un cuento desordenado. 

 “Y colorín colorado, este cuento ha terminado”


¡Caramba, esto está mal! ¡Comencé por el final!


Empecé todo al revés, faltó: Había una vez


El principio de esta historia, ha escapado a mi memoria


No importa, lo buscaré y el comienzo encontraré


“y la bruja muy traviesa, engañó a la princesa


¡Me volví a equivocar, debo este cuento arreglar!


Esto va más adelante, es la parte interesante


“En un reino encantado… (¡Ah… el principio he encontrado!)


Vivía feliz un hada” (estoy bien encaminada)


Pero… ¿qué pasa conmigo? ¡Otro error he cometido!


No se trataba de un hada, sí de una bruja malvada


“Y el príncipe encantado y además enamorado


Rescató a la princesa de la bruja muy traviesa”


El desenlace escribí ¡pero qué imprudente fui!


Este cuento no se ordena, realmente es una pena


“La bruja se fue de viaje y metió en su equipaje


Las páginas ordenadas de esta historia alocada”


¡Ahora recién comprendo qué pasaba con el cuento!


Era la bruja malvada, quien las páginas mezclaba


La muy pícara partió y el cuento en orden quedó:


“Y colorado , colorín la historia llegó a su fin ”


Fin


El Niño Pequeño


Había una vez, un niñ@ pequeñ@ que comenzó a ir a la escuela. Era bastante pequeñ@ y la escuela muy grande. Cuando descubrió que podía entrar en su aula desde la puerta que daba al exterior, estuvo feliz y la escuela no le pareció tan grande. Una mañana, la maestr@ dijo:
- Hoy vamos a hacer un dibujo. 
- ¡Qué bien!- pensó el pequeñ@-.
Le gustaba dibujar y podía hacer de todo: vacas, trenes, pollos, tigres, leones, barcos. Sacó entonces su caja de lápices y empezó a dibujar, pero la maestr@ dijo: 
- ¡Esperen, aún no es tiempo de empezar! Aún no he dicho lo que vamos a dibujar. Hoy vamos a dibujar flores. 
- ¡Qué bien! -pensó el niñ@.
Le gustaba hacer flores y empezó a dibujar flores muy bellas con sus lápices violetas, naranjas y azules. Pero la maestr@ dijo: 
- ¡Yo les enseñaré cómo, esperen un momento! - y, tomando una tiza, pintó una flor roja con un tallo verde. Ahora -dijo- pueden comenzar.
El niñ@ miró la flor que había hecho la maestr@ y la comparó con las que él había pintado. Le gustaban más las suyas, pero no lo dijo. Volteó la hoja y dibujó una flor roja con un tallo verde, tal como la maestr@ lo indicara.
Otro día, la maestr@ dijo: 
- Hoy vamos a modelar con plastilina. 
- ¡Qué bien! -pensó el niñ@.
Le gustaba la plastilina y podía hacer muchas cosas con ella: víboras, hombres de nieve, ratones, carros, camiones; y empezó a estirar y a amasar su bola de plastilina. Pero la maestr@ dijo: 
- ¡Esperen, aún no es tiempo de comenzar! Ahora -dijo- vamos a hacer un plato. 
- ¡Qué bien!- pensó el pequeñ@-.
Le gustaba modelar platos y comenzó a hacerlos de todas formas y tamaños. Entonces la maestr@ dijo: 
- ¡Esperen, yo les enseñaré cómo! - y les mostró cómo hacer un plato hondo-. Ahora ya pueden empezar.
El niño miró el plato que había modelado la maestr@ y luego los que él había modelado. Le gustaban más los suyos, pero no lo dijo. Sólo modeló otra vez la plastilina e hizo un plato hondo, como la maestr@ indicara.
Muy pronto, el pequeñ@ aprendió a esperar que le dijeran qué y cómo debía trabajar, y a hacer cosas iguales a la maestr@. No volvió a hacer nada él sólo.
Pasó el tiempo y, sucedió que, el niñ@ y su familia se mudaron a otra ciudad, donde el pequeñ@ tuvo que ir a otra escuela. Esta escuela era más grande y no había puertas al exterior a su aula. El primer día de clase, la maestr@ dijo: 
- Hoy vamos a hacer un dibujo.
- ¡Qué bien!- pensó el pequeñ@, y esperó a que la maestr@ dijera lo que había que hacer; pero ella no dijo nada. Sólo caminaba por el aula, mirando lo que hacían los niñ@s. Cuando llegó a su lado, le dijo: 
- ¿No quieres hacer un dibujo? 
- Sí -contestó el pequeñ@-, pero, ¿qué hay que hacer? 
- Puedes hacer lo que tú quieras - dijo la maestr@. 
- ¿Con cualquier color? 
- ¡Con cualquier color - respondió la maestr@-. Si tod@s hicieran el mismo dibujo y usaran los mismos colores, ¡cómo sabría yo lo que hizo cada cual!
El niñ@ no contestó nada y, bajando la cabeza, dibujó una flor roja con un tallo verde".
Colabora. Zilargi de Bilbao.

ADIVINANZAS

Lleva años en el mar y aun no sabe nadar.  La arena


Zumba que te zumbarás, van y vienen sin descanso, de flor en flor trajinando y nuestra vida endulzando. La abeja

Yo fui tu primer sonido cuando comenzaste a hablar y soy la primera letra que en el alfabeto está. La A

Si dices mi nombre se rompe. El silencio

Es alguien con el que pasas muchos ratos de tu vida, con el que juegas y corres y no le cuentas mentiras. Un amigo

En rincones y entre ramas mis redes voy construyendo, para que moscas incautas, en ellas vayan cayendo. La araña

Tiene yemas y no es huevo; tiene copa, no es sombrero; tiene hojas y no es libro; ¿Que es pues lo que os digo?. el árbol

Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante. El arco iris


En un cuarto muy oscuro tengo un plato de avellanas que de día desaparecen y de noche se desparraman. las estrellas

El burro la lleva a cuesta, escondida en un baul, Yo no la tuve nunca, y siempre la tienes Tu. la letra u



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