Artículo: ¿Tu
hijo se finge enfermo para no ir al colegio?
La periodista
Indhira Lereboux del periodico Listin Diario
entrevista a la Dra. Mircia
Pacheco
Publicada en
Revista Escolares, Listín Diario 2012 el 10-08-2012
1.¿Es frecuente que los
niños finjan estar enfermos para no ir al colegio?
En muchos hogares el mero hecho de
tener que ir a la escuela se convierte en una lucha diaria con nuestros hijos.
Son numerosos los días en los cuales no se quiere levantar o finge estar
enfermo, llegando el caso y si las tretas no le son suficientes, a no querer ir
simplemente al colegio.
Todos estos niños han desarrollado lo
que llamamos “Fobia Escolar”, es decir, cuando nuestros hijos sin causa
aparente, expresan comportamientos de rechazos a su asistencia al colegio, llegando
en los casos más extremos a desarrollar un fuerte miedo mal colegio. Las
emociones van desde la ansiedad de la separación de la madre, familia, etc., al
temor al bullicio, al mundo exterior, a enfrentarse solos, al resto de personas
y situaciones
Este comportamiento de nuestros hijos
nos lleva a la dicotomía entre la verdad y el fingimiento de la enfermedad y si
optamos por que tienen que ir al colegio, nos queda siempre la duda de si
estamos obrando correctamente.
Se ha descrito
que la fobia escolar afecta igual a niños y niñas, puede ocurrir durante todos
los años escolares pero tiene picos de presentación en las edades de 5-7, 11 y
15 años. Esto quiere decir en primero de primaria, en sexto grado y casi al
final de la secundaria. No está relacionada con clases sociales, capacidad
intelectual o académica y el menor de una familia, con varios hermanos, es más
susceptible de presentarla.
2.¿Cuáles son las causas más usuales para que esto pase?
Se pueden diferencias diversos motivos que dan pie a la fobia escolar.
1.
Hay que diferenciar la fobia escolar relacionada con alguna situación escolar
como el trato de un profesor, ya que el profesor o tutor en ocasiones puede ser
estricto o autoritario… esto conduce al alumno a pensar que el
profesor “le tiene manía” generando
una situación incómoda en el alumno que hace que no quiera ir a clase por miedo
a la actitud de su profesor respecto a lo que él hace.
2. La
ansiedad y el pánico que
le produce el hecho de alejarse de su madre o padre. Con ello se quiere decir
que el niño desde que nace se encuentra en un ambiente familiar protegido, y
cuando se incorpora al colegio pasa a estar en un entorno más abierto, más
desprotegido. En ese momento es igual que todos sus compañeros y no recibe un
trato especial. Esta causa se ve además favorecida en caso de que el hijo sea
único.
3. El
acoso escolar. Se
puede afirmar que el bullying tiene consecuencias psicológicas y sociales.
Hablamos del aislamiento y la exclusión social de la víctima. El perfil de
acosador suele ser. Un alumno con baja autoestima, popular entre los
compañeros, con bajo rendimiento escolar, físicamente fuerte, etc. Mientras que
el perfil del acosado suele ser: con bajo nivel de autoestima, menos popular
que su acosador, incluso llegando a ser antisocial y diferente a sus compañeros
en algunos aspectos.
4. La
personalidad del alumno. Extremadamente
tímido o con déficit de habilidades sociales. El niño cree que va a hacer el
ridículo en clase si debe hablar en público por ideas preconcebidas que le han
infundado, debido a que el miedo a sus compañeros es algo psicológico que puede
hacer daño a la hora de asistir a clase sin temores.
3.¿Cuales son los supuestos síntomas que pueden presentar? ¿la presión
puede ser tal que se enfermen de verdad?
Síntomas Somáticos
Se pueden presentar desórdenes autonómicos (mareo,
náusea, sudoración, palidez, escalofrío), cardiovasculares (palpitaciones),
gastrointestinales (dolor abdominal, diarrea) molestias musculares o
articulares, e incluso, desarreglos menstruales en las adolescentes. Los
síntomas más comunes en adolescentes son el mareo, la cefalea y otras
manifestaciones autonómicas que en gran parte son la razón de la inasistencia a
la escuela. En ocasiones puede ser la manifestación somática la queja principal
por la que el niño o adolescente refiera rechazo por asistir a la escuela, lo
cual puede ser el motivo principal de consulta. Si la atención se centra en la
queja de dolor, mareo o náusea y estos no responden al tratamiento, se pueden
sospechar factores somáticos interfiriendo. Los que hemos visto con mayor
frecuencia son náuseas y vómito matinal, antes de salir para el colegio, dolor
abdominal, mareo, dolor torácico e inapetencia. Estos síntomas principales se
acompañan de sudoración de las manos, palidez y temblor.
4.¿Cómo darnos cuenta que no es real sino un chantaje?
• No es constante: sólo de domingo a viernes
• No avisa que se siente angustiado.
• Los síntomas somáticos sugieren un cuadro agudo y progresivo.
• El rendimiento escolar en general es bueno o sobresaliente.
• Socialmente se siente contento en el colegio.
• No se queja previamente de algo de la vida escolar, de la planta física o de
las personas del colegio.
• Sucede cuando debe partir hacia la escuela y se alivia cuando regresa a la
casa.
Para las familias y el médico la alarma es fuerte
pues con esta forma de presentación lo último en lo cual se piensa es en un
cuadro agudo de ansiedad. Debido a este patrón tan errático es muy frecuente
que se piense que está tratando de llamar la atención o que está haciendo
teatro.
Manifiesta
temor a todo lo relacionado con estar en el colegio de forma difusa, lo
atribuye a los profesores o a los compañeros sin que los argumentos sean
contundentes. Lo llamativo es que el temor desaparece cuando llega del colegio
y reaparece al día siguiente cuando debe partir hacia él.
La aparición de los síntomas puede darse de manera
súbita, por ejemplo al inicio de un período escolar, o puede ser insidiosa, el
niño aqueja incomodidad e indisposición con el hecho de ir a la escuela,
manifestaciones que llegan a exacerbarse hasta que definitivamente se niega a
asistir a la escuela.
Lo desconcertante de este tipo de angustia es que
aparece desde la noche del domingo hasta la mañana del viernes, el fin de
semana no siente ansiedad. El paciente no siempre avisa que está angustiado, lo
sabe pero no lo cuenta, por ello la familia se alarma por los síntomas
somáticos, como si algo grave estuviera en curso.
5. Bríndenos algunos consejos para sobrellevar y enfrentar estas
situaciones.
En algún
momento que no sea una mañana de escuela, hable con su hijo sobre sus
problemas. Alíentelo a decirle exactamente lo que le molesta. Pregúntele qué es
lo peor que podría pasarle en la escuela o en camino a la escuela. Si hay una
situación que pueda cambiar, dígale que la hará todo lo posible por cambiarla.
Si le preocupa que los síntomas puedan empeorar en la escuela, asegúrele que
puede acostarse unos minutos en la oficina de la enfermera según lo necesite.
Después de escucharlo atentamente, dígale que entiende sus sentimientos, pero
que sigue siendo necesario que asista a la escuela mientras mejora.
6. ¿Cómo podemos hacer para el que niño/a deje de realizar estas
acciones en el transcurso del tiempo?
Insista en la
asistencia regular a la escuela.
La mejor
terapia de la fobia escolar es ir diariamente a la escuela. Los temores se
superan enfrentándolos cuanto antes. La asistencia diaria a la escuela hará que
casi todos los síntomas físicos de su hijo mejoren. Los síntomas se volverán
menos intensos y se presentarán con menor frecuencia y, con el tiempo, su hijo
volverá a disfrutar de la escuela. Sin embargo, al principio su hijo pondrá a
prueba la determinación de la madre de enviarlo a la escuela todos los días.
Usted deberá hacer que la asistencia a la escuela sea una regla sin
excepciones. Sea optimista con su hijo y asegúrele que se sentirá mejor una vez
que llegue a la escuela.
Sea
particularmente firme las mañanas de los días de escuela.
Al principio,
las mañanas pueden ser difíciles (sobre todo los lunes). Nunca debe preguntarle
a su hijo cómo se siente porque esto lo estimulará a quejarse. Si el niño está
suficientemente bien para estar levantado y andar de un lado a otro dentro de
la casa, está suficientemente bien para poder ir a la escuela. Si se queja de
síntomas físicos, pero son los de siempre, deberá ser enviado a la escuela
inmediatamente con mínima discusión. Si usted no está segura acerca de la salud
de su hijo, envíelo a la escuela de todos modos. Si los síntomas empeoran, la
enfermera de la escuela le informará si hay un problema.
Aunque se le
haga tarde, lo mismo debe ir a la escuela. Haga arreglos de antemano para el
transporte de su hijo en caso de que pierda el autobús escolar. Si su hijo se
va caminando a casa por cuenta propia durante la hora del almuerzo o el recreo,
debe hacerlo regresar de inmediato. Algunas veces un niño puede llorar y
gritar, negándose absolutamente a ir a la escuela. En ese caso, después de
platicar con él sobre sus temores, se le debe llevar. Uno de los padres podría
ser mejor que el otro en hacer cumplir esto. En algunas ocasiones, un pariente
puede encargarse del asunto durante unos días.
7. ¿Algún dato adicional que quiera agregar?
Haga una cita para que su hijo vea a su médico la misma mañana si se queda en
casa.
Si su hijo tiene un síntoma nuevo o parece estar muy enfermo, es
probable que usted quiera que se quede en casa. Si usted tiene dudas,
probablemente su médico puede determinar la causa de la enfermedad del niño.
Llame al consutorio de su médico tan pronto como se abra, y pídales de que lo
vean esa mañana. Si el síntoma es causado por una enfermedad, puede iniciarse
el tratamiento apropiado. Si el síntoma es causado por ansiedad, su hijo deberá
volver a la escuela antes del mediodía. La colaboración entre usted y su médico
logrará así resolver incluso los problemas más difíciles de fobia escolar.
Probablemente debería hacer que su hijo permanezca en casa cuando
tenga algunos de los siguientes síntomas:
fiebre de más de 37.8°C
(100°F)
tomada oralmente
vómitos (más de una vez)
diarrea frecuente
tos frecuente
erupción cutánea generalizada
dolor de oído
dolor de muelas.
En cambio, los niños con dolor de garganta, tos moderada, secreción
nasal u otros síntomas de resfriado, pero sin fiebre, pueden ser enviados a la
escuela. Los niños no deben permanecer en casa por "parecer
enfermos", "tener mal color", "tener ojeras" o
"estar fatigados".