domingo, 29 de mayo de 2011

FAMILIAS CON HIJOS ADOLESCENTES

"Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros."
Sócrates:
La adolescencia es como una casa en tiempo de mudanza: un desorden temporal.
Julius Warren


Los niños crecen y los padres también deben crecer mentalmente junto con sus hijos para poder adaptarse a los inevitables cambios que la familia va a experimentar cuando sus hijos lleguen a la adolescencia.

El problema de tantos choques en las familias con hijos adolescentes es que los padres se quedan con las mismas reglas que tenían cuando sus hijos eran pequeños, claro que ya no les sirven, solo piense, ya no les sirven las ropitas ni los zapatitos que usted les ponía ¿verdad?

Los hijos crecen tan rápido que a los padres les toma mas tiempo acostumbrarse a que ya no son pequeños, muchas veces se sienten mal al darse cuenta que ya no son el centro en la vida de sus hijos.

Un padre me confeso en la terapia que el se llevaba muy bien con sus hijos mientras eran pequeños, pero tan pronto entraban a la adolescencia ya no se llevaba tan bien con ellos, no sabia como tratarlos. Le ayude a entender a sus hijos siguiendo estos pasos que usted también puede aprender para que la familia vaya en armonía y en paz, no digo que sea fácil, pero si es posible.

¡Buena suerte!
Características psicológicas de los adolescentes
La etapa de la adolescencia implica una serie de cambios de la estructura psicológica del individuo, que se pueden resumir de la siguiente manera:
Conocer los límites. La mayoría de los comportamiento de los adolescentes obedecen a una razón: saber cuáles son los límites de los adultos, por eso los someten a prueba haciendo cosas disparatadas.

El amparo al grupo. La identidad grupal. El grupo proporciona refugio a la inseguridad personal y da fortaleza ante la amenaza de los adultos.

Necesidad de llamar la atención. Narcisismo. Como manifestación del descubrimiento de su propia realidad. Quiere decir a todo el mundo “yo soy yo”.

Máscaras. Para disimular la inseguridad necesita protegerse, para lo cual usa máscaras de comportamiento, que impiden a los demás darse cuenta de la realidad. Esto es un mecanismo inconsciente.
Agresividad, como máscara, para proteger la inseguridad.
Rebeldía, otra máscara. Cada adolescente tiene una forma distinta de ser agresivo. Aveces con violencia verbal o de comportamiento y otras en forma de ensimismamiento.
Descubrimiento de la propia identidad. El adolescente intuye y descubre que “él” es “el”, no otro. Distinto a cualquier otra persona.
Ambivalencia entre infancia y madurez. Se descubre a sí mismo con rasgos de adulto y rasgos de niño.
Inseguridad ante la ambigua realidad. Como consecuencia de lo anterior aparece en el adolescente una gran inseguridad en sí mismo.

¿Qué influye en los problemas entre padres e hijos?
La personalidad de los padres o del hijo (dura y poco comprensiva).
Inconsistencia en las exigencias.
Discrepancia de los padres en cuestiones importantes.
Inexistencia de normas y roles claros.
Ausencia de un desaguadero para expresar los sentimientos.
Una crisis de la pareja que afecta a los hijos.
Se acumulan, sin resolver, tensiones familiares.

¿Cómo tener un hijo adolescente...y ser feliz?
No se considere agraviado por lo que los adolescentes hagan: no es nada personal... es simplemente su crisis.
No tome los problemas de sus hijos como propios: deje que él maneje su vida y tome sus decisiones. Pero exíjale que éstas no afecten a los demás.
Establezca con su hijo (gano-ganas) los límites y normas necesarias para vivir en armonía.
Si su hijo tiene un problema serio, ayúdele, pero no se amargue usted la vida: no añada un problema a otro problema.
No se puede “obligar” a nadie a ser bueno: hay que venderle la idea y ayudarle con ideas y con acompañamiento.
El bien de la familia está antes que el bien del adolescente. Conviene, sin embargo, conseguir las dos cosas.
Desconcierte de vez en cuando a su hijo. No sea tan predecible que su hijo/a sabe siempre qué esperar de usted.
No tome decisiones sobre la marcha, ni acepte hechos cumplidos. Calma, paciencia, reflexión…y después actuar con firmeza.
Si usted se sale de casillas, su hijo lo manipula y lo domina, ganó la batalla.
Tenga un interés real y genuino por las cosas del adolescente.
Relación entre padres e hijos adolescentes
Tal vez sea la adolescencia una de las etapas más difícil en la vida de nuestros hijos. Muchas son las cosas que cambian para ellos, y todas empiezan a la vez.
Un cúmulo de nuevas sensaciones, sentimientos desconocidos y afán de ser mayores, todo ello junto puede producir en los adolescentes explosiones que arrasen con todo.
En estos momentos es cuando la relación padres - hijos adolescentes puede verse afectada por muchos problemas, derivados de todos esos cambios que están afectándoles.
Es también durante este tiempo cuando los padres debemos hacerles llegar que estamos ahí para apoyarles, que no somos el enemigo, que es como muchas veces el adolescente percibe a sus padres.
Los padres debemos tener claro que ellos están creciendo, necesitan su espacio, aprender a ir manejando su libertad, y que eso no es el fin del mundo. Los hijos adolescentes deben ir aprendiendo a volar y la función de los padres es enseñarles a manejar bien sus alas.
¿Qué podemos hacer los padres?
Sobre todo debemos ser pacientes, toda la paciencia del mundo en ocasiones no es suficiente. Nuestro pequeño ahora nos planta cara, cuestiona nuestras órdenes y quiere ser él el que tome el timón de su vida.
Llegará, sin duda. Él debe tomar el timón de su vida, cuando llegue el momento. La adolescencia es el tiempo de aprendizaje, aunque no solo los adolescentes están aprendiendo también los padres, sobre todo los que por primera vez se encuentran con un hijo adolescente.
Si los padres fallamos es más fácil que nuestros hijos tengan algún tipo de problemas. Si en ocasiones no sabemos muy bien como actuar es muy conveniente acudir a pedir consejo a un buen profesional.
Es imprescindible que gastemos una parte de nuestro tiempo con nuestros hijos, interesándonos por sus actividades, sus amigos y todo lo que pueda ser importante para ellos.
Hablando con nuestros hijos adolescentes
A la hora de mantener una conversación con un adolescente sería conveniente no olvidarnos de:
• Explicarles las cosas con claridad: que nada pueda ser malinterpretado o darle un significado que no queremos.
• Mantener una conversación: hablar y dejar que hablen.
• No descartar sus opiniones: los padres no tenemos en nuestro poder la verdad absoluta.
• Si estamos enfadados: no debemos hacerles pagar a ellos nuestro mal humor.
• Coherencia con nuestras exigencias: el comportamiento de los padres debe ser coherente con lo que exigimos a los nuestros hijos.

Estableciendo reglas
La vida de los adolescentes puede convertirse en un autentico caos. Los padres debemos establecer unas reglas, por supuesto, para que sean cumplidas no para cubrir expediente.
Tal vez a la hora de establecer las reglas que les afectarán sea conveniente comentarlas con ellos, pedir su opinión, aunque al final seamos los padres los que tengamos la última palabra.
Cuando tomemos una decisión sobre algún tema, como horarios, castigos etc., debemos mantenernos firmes y no dejar que nos manipulen, los adolescentes pueden llegar a ser muy convincentes para intentar salirse con la suya.
Por supuesto si hemos de reconocerles su buena actitud, notas, comportamiento etc., no debemos quedarnos cortos, hagámosles saber que están trabajando bien y no seamos tacaños con los elogios.
Nunca debemos olvidar que los padres somos los adultos, los expertos y que tenemos que darles a nuestros hijos adolescentes todo el apoyo, los consejos, halagos, críticas, castigos o premios que necesiten.

Referencias: la familia.info; Ebm En buenas manos.

1 comentario:

  1. agradecido por tomarse el trabajo de difundir textos muy ilustrativos y provechoso para nuestra vida.
    gracias

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